viernes, 30 de septiembre de 2011

jueves, 29 de septiembre de 2011

Momentos estelares

- Mamá, ¿tú tienes amantes?
- Ehhhh....No.
- ¡Pobre mamá!(seguido de onomatopeya variada de sorpresa y fastidio).


miércoles, 28 de septiembre de 2011

MI FANTASMA ES SINDICALISTA



Eso dice el carnet de CCOO que tengo entre manos. Gregario, federado...confederado, congregado, sectario, alienado, dependiente.
Mi fantasma con el que sólo comparto el espacio de un cenicero mortuorio, es un sindicalista sin carnet.

¿Tendrá él mis facturas?

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Teoría del Infierno

DEMOSTRACIÓN DE IMAGINACIÓN DE UN ALUMNO, QUE ADEMÁS DE SORPRENDER CON SU
INGENIOSA CONSTRUCCIÓN DE PENSAMIENTO, ES POSEEDOR DE UN HUMOR IMPLACABLE.


La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de química en la
Universidad de Toledo. La respuesta de uno de los estudiantes fue tan
"profunda" que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía Internet,
razón por la cual podemos todos disfrutar de ella.
Pregunta:
¿El Infierno es exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?
La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle
(el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime).

Un estudiante, sin embargo, escribió lo siguiente:
"En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del Infierno varía
con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el
Infierno y a qué ritmo salen.. Tengo sin embargo entendido que, una vez
dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se
producen salidas. En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las
diferentes religiones: La mayoría de ellas declaran que si no perteneces a
ellas, irás al Infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa
y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas
las almas van al Infierno. Con las tasas de nacimientos y muertes
existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de
forma exponencial. Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno. Según la
Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan
estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas.
Hay, por lo tanto, dos posibilidades:
1ª. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de
almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que
éste se desintegre..

2ª. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de
almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se
congele.
¿Qué posibilidad es la verdadera?
Si aceptamos lo que me dijo Teresa en mi primer año de carrera (hará frío en
el Infierno antes de que me acueste contigo), y teniendo en cuenta que me
acosté con ella ayer noche, la posibilidad número 2 es la verdadera. Doy por
tanto como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está congelado. El
corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya
no acepta más almas y está, por tanto, extinguido... dejando al Cielo como
única prueba de la existencia de un ser divino y amoroso, lo que explica por
qué, anoche, Teresa no paraba de gritar: ¡Oh Dios mío! "

martes, 20 de septiembre de 2011

Nihil novum sub sole


Tengo que entornar los ojos y esperar a que se acostumbren a la mísera luz que se cuela por la rendija del buzón. Luego con un movimiento, antes mecánico ahora cauto, giro la llave. Y ahí está la cuartilla que me pareció ver mientras me mantenía de puntillas estirando el cuello en una posición ridícula para el que tiene una llave.
Es una notificación de Seur que me insta a recoger un paquete en la oficina más próxima. ¿He dicho “me”?
En realidad avisa de una entrega a una persona que desconozco, y que parece vivir en mi casa.

Cualquiera en su sano juicio pensaría que es un error, yo también lo creo.
Pero cuando me pongo a buscar señales me quedo sola. Así que escribo una lista de hechos puramente objetivos, probados y sufridos en las últimas semanas, intentando demostrar que no estoy muerta (lo que tendría su gracia y explicaría un montón de cosas):

1.- Empecemos por el buzón, hace un par de semanas descubrí, tras días de empecinado seguimiento y auténtica guardia digna de paparazzi, que el cartero pasa de largo mi espacio. A punto estuve de asaltarlo, robarle la moto y tirarme al monte a buscar mis cartas.¿ Pero, ni una factura?
No soy accionista de Fenosa, ni el banco en su infinita bondad ha decidido condonarme las deudas. Así que eso me lleva a pensar que debo estar muerta.

2.- He perdido un pez. Para evitar el chiste fácil os adelanto que era una carpa dorada no un peixe marino, con carne correosa. Un buen día llegué y no estaba. El ascensor de la izquierda huele muy raro, quizás el pez se fue volando y se coló por el hueco, porque mi hija dice toda seria “Menudo olor a azufre”. Con esa misma seriedad con que me corrige “no es una cigarra, es una mantis religiosa” – Habla del bicho verde del tamaño de mi mano que se ha posado en mi parabrisas y que me ha hecho aporrear el freno y pararme en seco. Nos tanteamos con un cristal en medio. Tiene el cuello largo y articulado y unos ojos pequeños y negros, estira las alas y juguetea con las pinzas –La venganza del bogavante que me comí en Terra Chá esa misma tarde. Debería dejar de dibujar monstruos.
Una Mantis también llamada Santateresa, por que parece que reza, Muerte o Caballito del Diablo, vete tú a saber por qué.
Diez minutos he tardado en accionar el limpiaparabrisas en vista de que la hembra no tenía prisa, se ve que venía de merendar.

3.- Vuelvo a casa con el tiempo justo de recoger los trozos del espejo que literalmente estalló el día anterior. Mi amigo D. bromea “tienes un fantasma en casa”. Quizás - contesto y no me hace ninguna gracia.

4.- Mis capítulos de sonambulismo se agudizan hasta el punto de mantener conversaciones telefónicas reales que no consigo recordar o que recuerdo como parte de un sueño. Asusto a mi Emo con batallitas de las que estoy plenamente convencida, le hablo de la gente que está en el salón. No es un brote psicótico es simplemente que me desdoblo. Cuando mi cuerpo descansa, mi cabeza sigue sendas desconocidas.

En fin, después de toda esta sarta de desvaríos, llego a una conclusión: Cuando el Diablo se aburre, mata moscas con el rabo.

No temáis. Me mantengo igual de loca que antes. No he recuperado ni un ápice de cordura. No hay nada nuevo bajo el sol.

sábado, 3 de septiembre de 2011